30.1.12

188. Bolaño y el Nobel.



La experiencia de conocer a Roberto Bolaño te supera desde la mitad de la primera frase. Tal vez incluso antes, según la persona. Apabulla, en una palabra.

Reconozco que he pecado al haber dejado a Bolaño para tan tarde. Y tal vez no haya entrado como debiera ya que no he leído ni "Los detectives salvajes" ni "2666" que tal vez sean sus obras más conocidas (y tal vez mejores?). Lo mío ha sido una entrada a través del relato corto o cuento: "Putas asesinas", para serles más concreto.

El resultado, lo comenté antes: Brutal. Descarnadamente brutal. Talento desmedido, desmesurado, genial sin paliativos. Te atrapa y te machaca. Te deja con la boca abierta y te apaliza hasta el final. Bolaño es un asesino literario, despiadado. Qué historias, qué violencia sutil; una no violencia subyacente en las tramas que sorprende de lo fácil que escribe. Qué narrador. Qué creador.
Cuentos que son toneladas de grandeza literaria, clásicos universales. Inquietudes, thrillers emocionales al límite. Literatura magna.

Ah, lo del Nobel, pues éso. O no. Quién sabe. Además, ¿a quién le importa?

23.1.12

187. BREAKING COOL.



Llegué a Breaking Bad demasiado pronto y demasiado tarde. Las historias del señor Walter White me cogieron allá en algún momento del año 2008 o 2009 en una fase vital en la que no supe conectar con una historia que yo identificaba con un profesor de instituto en calzoncillos, en medio de un desierto del lejano Oeste, en una especie de caravana ruinosa en la que abundaban gases tóxicos nocivos y corrosivos. Y no me pareció una serie a seguir. Y ahí quedó.

La insistencia de gente de la que me fio, en este caso mención especial para mr Young o cualquiera que sea ahora su alias, me hizo volver con ganas renovadas a ella. Gracias.

La experiencia Breaking Bad por la vena ha sido brutal.
Brutalmente violenta, brutalmente frenética, brutalmente acojonante. No solo nos encontramos ante un guión maravilloso, si no ante unas actuaciones memorables y unas escenas rodadas con absoluta maestria. Como dice otro buen amigo del blog, adoremos al nuevo Dios Gilligan y matemos a los falsos profetas.
Mención especial al desarrollo como personaje y como actor de Jesse Pinkman (Aaron Paul) y a secundarios como Hank (Dean Norris) o Saul (Bob Odenkirk), sin olvidarnos de Gus (Giancarlo Esposito) o Mike (Jonathan Banks).

Saben que no es costumbre del blog adelantar muchos datos sobre las producciones y siempre nos quedamos en comentarios generales sobre el producto, genial como es el caso, así que hoy no vamos a ser menos, pero no he podido evitar comentar tres aspectos que a mi modo de ver cambian la serie en el momento en el que se producen:

1. El episodio de la primera temporada que se inicia con el sr. White, o mejor dicho Heisenberg, retirándose de la escena de una explosión con una bolsa en la mano.

2. El momento "Get out of my territory".

3. Pollos Hermanos y el inicio del frenesí argumental. GUSTAVO.

Nada más. Si tienen la suerte de no haberla visto aún, disfrútenla, teniendo en cuenta que no van a encontrar nada simpático ni políticamente correcto en ella. Así es la vida.
A los que si la han disfrutado, a esperar la siguiente temporada, que ya queda menos.


PS: Y esto no tiene nada que ver con el hecho de que vea a White como un potencial ídolo, al ser el profesor gángster que todos llevamos dentro pero que al ser tan cobardes no sacamos.

17.1.12

186. Murakami in Wonderland.


Ya no recuerdo la cantidad de veces que he escrito sobre Haruki Murakami. Siempre bien.

La prosa de Murakami es complicada y es difícil entrar en sus historias. Puede parecerte una tremenda banalidad, una tontería, literatura-ficción simple, se lo acepto. Pero no a mi. Siento la atracción que se puede sentir por la belleza surrealista, por una obra de arte abstracta, por Rothko y por Duchamp; por Perdidos y por Juego de Tronos. Con Murakami, todo cabe en un libro.

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas (Hard-Boiled Wonderland and the End of the world)

Aquellos que conocen a Murakami por Norwegian wood (Tokio Blues) y simplemente por su mayor best seller sin haber leído nada más de su extensa obra, se sorprenderían del Murakami real. Nada tienen que ver Kafka en la orilla, After dark, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo o este Fin del mundo con el gran Norwegian Wood. Lo que crea Haruki en sus obras es simplemente ciencia ficción de una profundidad difícil de igualar. Ciencia ficción.
Murakami nos vuelve a crear una ficción en dos mundos paralelos, el supuestamente real y el subconsciente. Se adelanta 20 años a Origen, a Perdidos o a Juego de Tronos y su Muro. Esto es así.
Murakami es un creador total, digno de ser objeto de estudio en toda facultad de Medicina en su rama de Psiquiatría por su interpretación del subconsciente, del mundo de los sueños y de los mundos mentales internos que se nos cuecen en la parte más oscura y profunda de nuestro cráneo. No les voy a contar el argumento, nunca lo hago, sólo les digo que entre esos dos mundos, de forma paralela, discurre una obra que me abdujo como lo hacen todas las obras murakanianas, y que sólo pude poner fin a semejante situación terminando en unos pocos días el libro. Imaginación pasada de vuelta, ciencia ficción magistral.
El mundo de los sueños, no sé si el mismo de las ideas platónicas. El yo, el ego, el superego juntos en mi subconsciente. Creando un Muro, para no poder salir de él.

15.1.12

RECETAS BAGELIANAS SUI GENERIS.

Calamar harto de pimientos y cebollas entomatados.
Coliflor salteada porqueestáprohibidocomerlahervida, con gambas y verduras varias.
Zitis requemados, al punto Soprano.
Tagliatelle de espinacas con parmesano, pasas, sésamo negro y buen aceite de oliva.
Pinchos completitos de anchoas, tomate seco y mozzarella.
Pollo rebozado al panko japonés sobre polenta italiana.
Ravioli de El Taller de la Pasta relleno de butifarra y ceps featuring tomates secos en aceite.

Udon japonés 4 delicias: guisantes, tortilla, pavo y alga wakame.