26.1.14

BUTIKFARRA. Farra de butis.

BUTIKFARRA, C/Paris con Enric Granados, a 30 metros del Cup&Cake. Que no les falte de nada.
Mucho se habla de tendencias gastronómicas y muchas son las elegidas para ser las ganadoras del año. La que les muestro hoy tiene un punto amargo para mi porque sin duda fui yo quien sugirió hace ya unos años que si el frankfurt triunfaba debería haber un mercado para este producto molt més nostrat. Y lo hay. Bueno, igual no inventé yo la tendencia pero lo pensé un día.
Una tendencia es básicamente una moda que suele salir cara. Es decir que los precios van acorde a la calidad del producto, que normalmente ha existido pero ha estado olvidado/desprestigiado/en estado latente y ha pasado desapercibido como sujeto glamouroso. Sucedió con la bendita hamburguesa y le toca el turno a su prima butifarra. Si son buenas y se dignifican, bienvenidas sean. Somos fans de la butifarra de toda la vida. Las del Butikfarra son más caras, eso sí. Pero si se pasan por la magnífica Botifarreria de Santa Maria en el Born verán que los precios ya no son tan llamativos. La calidad tiene un precio y allí no se da grasa embutida. Aquí tienen los precios del Burikfarra:
Ustedes deciden lo que hacen. Butifarras creativas, sin duda. Buenas también.

El día que visité el local iba a ciegas. Sabía que tenían butifarras pero no sabía qué tipo de local era. Yo quería comerme un buen bocata y casi lo conseguí. Digo casi porque Butikfarra no es mi estilo de local. Buscaba un local de bocatas pero me encontré con un local de cuidadísimo diseño y demasiada pompa para mi gusto. Todo muy correcto, muy bonito pero yo quería un bocata sin tener que vestir traje para pedirlo. Y lo del bocara tampoco quedó claro del todo. Estuvo bien, el "bocata" correcto, pero no disfruté lo que esperaba. Demasiado bonito todo, y a los nihilistas feístas nos sobra un poco.

Aquí el menú:
Al pedir te ponen unas aceitunas XXL que podrían valer como plato principal. 
Como plato principal, una butifarra y unas patatas fritas. Me costó elegir dado mi AMOR por la butifarra del Perol, pero iba a jugar y arriesgué. Butifarra de arroz negro con sepias y allioli de pebrot escalivat. No se puede negar la imaginación del creativo. Para mi gusto, desaprovechada, y lo argumento. Exceso de salsa y pimientos que matan el posible sabor de la butifarra. Apenas se disfruta del protagonista ante esa avalancha salsera y de vegetal. Que no estaba mal, la verdad es que estaba sabrosa y gustosa, pero el conjunto era demasiado de lo mismo mucho rato para el precio que cuesta. 
Además un problema con el pan. Elegí integral de cereales y le encontré dos problemas. El primero era que estaba algo duro. El cuchillo al intentar cortarlo en una ocasión tuvo problemas para hacer su trabajo. Y segundo, la "tapa", parte superior del pan era demasiado pequeña y apenas se podía cerrar. Con eso, tuve que acabar comiéndome el bocadillo a modo de torrada y no como debiera ser. Un detalle, pero es que yo quería un bocata, lo repito. Si no, ¿de qué sirve la parte superior? ¿Para mojar el pan? Tal vez sea para eso. Bien pero mejorable experiencia.
El complemento del tubérculo muy correcto. Estimable fritura al punto aunque alguna patata había quedado algo blanda. Si todas tuviesen ese punto crujiente sería una grandísma opción. Se queda en muy buena opción, se las recomiendo. Si mejoran ese punto, obligatorias en el mundillo de la patata frita de las de verdad.
Butikfarra parece un óptimo local para comer y disfrutar y por eso creo que volveré a testear alguna cosa diferente. Si mejoran ese par de detalles que les he comentado será aún mejor aunque no se vaya a convertir en un referente para mi por lo que les decía al principio. No es La Royale, pero ese ambiente tan de gente bien en local bonito de ver no va en exceso conmigo. Imagino que deberé pasar por Butifarring y hacer un take away, que eso sí que me va mucho más. 
Vayan si los precios no les tiran para atrás y cuenten qué les parece. A mi me gustan las butifarras pero para ese viaje no necesito tantas alforjas. Y si son buenas de verdad y algo más baratas, mejor aún.

12.1.14

NAPOLI PRIMA E DOPO. E sempre.

NAPOLI PRIMA E DOPO, C/Villarroel (héroe real de la Barcelona de 1714) entre Londres y Buenos Aires, Barcellona.
 Esta crónica podría llamarse "El blogger en busca de la Pizza perdida" pero sería una gilipollez sin sentido y ustedes percibirían que estoy peor de lo que imaginaban. Pero el caso es que es un poco así. 
La pizza es uno de esos productos increíblemente famosos y que gustan a todo el mundo (si no les gusta busquen su tara) pero del que no tenemos el local definitivo en Barcelona. No será porque hay pocos, pero hasta hoy no hemos encontrado el local definitivo. Baste decir que al final cuando necesitamos una pizza resultona por el barrio acabamos en la Tagliatella sintiéndonos unos herejes. Me consta que hay buenos locales por ahí que gustan a gente que nos gusta (NAP, Sports Bar...) pero nosotros hasta hoy sólo hemos salido contentos del todo de La Bella Napoli, y fue en la segunda oportunidad que le dimos. Incluso aquel gurú pizzero de fama internacional ha "naufragado" en la ciudad con sus locales de pizzas. (Entiendan que naufragar significa que sólo un 2% de ustedes sabe ahora mismo y sin buscar en google cómo se llama su local barcelonés).

Como mínimo es un fenómeno extraño. Debe existir alguna explicación, como podría ser que muchos deben pensar que es fácil hacer una pizza y luego se la acaban pegando.

Pero hemos encontrado, posiblemente, el Santo Grial. El Graal de las novelas medievales con nosotros en el papel del Perceval de Chrétien ha sido hallado en un discreto local italiano que rinde homenaje a la Néa Pólis del sur de Italia. Una ciudad que amamos sin haberla pisado porque sabemos que el día que lo hagamos no nos va a defraudar. 

No podemos atribuirnos el "mérito" de haber descubierto el local (tampoco sé si alguien lo ha publicado antes!). Pocas veces nos adelantamos a nadie y en esta ocasión tenemos que agradecer el chivatazo a un gran aficionado al cannolo siciliani. Respetos a la gente de bien.

Napoli prima es un local que no destaca por fuera y que no destacarías por su interiorismo. Pero ni una cosa ni la otra son relevantes. Se trata de comer bien y podemos decir que en NPED comimos mucho y muy bien. Por menos de 20€ por cabeza van a disfrutar de una experiencia pizzera-pastil que no olvidarán en mucho tiempo. Yo sigo pensando en esa pizza Parmigiana que me robó el corazón, el estómago y el riñón, casi.

Vayamos a ello. Entramos con unos arancini y unas crocché. El arancino es una bola de arroz a modo de croquetón rellena con carne, tomate, guisantes y parmesano. Contundente como pueden apreciar en la foto de abajo. Las crocché eran croquetas de patata con queso fundido en su interior. Buenas opciones para empezar, aunque si se van a comer pizza igual es excesivo...Avisamos, luego no se dejen la pizza.

 Como platos principales, algo variado. Dos pizzas y uno sin pasta, vegetal además. Todo contundente y que valen como plato único, no lo duden.

La melanzane parmigiana, increíble. Un PLA-TA-ZO. Vegetal que no vegano, berenjenas, tomate y mozzarella. Con un sabor entre el ahumado del queso y el asado de la berenjena, plato para recordar. Hacía tiempo que no me encontraba con una melanzane de esta calidad, si es que eso pasó alguna vez. Capas de berenjena a modo de lasagna y espectáculo desde el primer tenedorazo a modo de excavadora. No podrán evitar actuar así porque la mezcla es explosiva y adictiva (un calificativo que se usa demasiado poco).
 Y las pizzas...lo que les decía en el plato anterior, pero en una pizza. La Parmigiana, estrella de la carta por lo que nos cuentan y que consiste en volcar medio plato de melanzane en una pizza de alto nivel. Observen detalle formal de la masa. Irregular, marca que denota que se ha hecho a mano y no es una base prefabricada. De hecho mientras cenábamos vimos volar algunas masas en la cocina, al modo clásico malabarista filigranero. Muy buena señal. Y verán el detalle de la forma en la otra pizza igualmente. Masa fina por el centro y gruesa en los bordes, facilitando la sujeción manual. Se agradece. Bien horneadas al punto y con ese sabor típico del socarrat panarra. Qué buena, por todos los Dioses del Panteón Imperial.


 Detalles de esa melanzane asada en la pizza. Muy epic todo.
Otra opción segura en la lista de pizzas es la Barcelona (la lista es molto longa, se lo aseguro). No sé qué les llevó a hacer una pizza con el nombre de la ciudad en la que se mezclan la mozzarella, el huevo y el bacon, pero da igual, es otra maravilla. Me olvido del tomate y hago mal porque hay que decir que en NPED tienen pizzas SIN tomate (bianca le llaman) por si no les gusta o son alérgicos si existiere eso. En todo caso, la Barcelona también se la recomendamos si son unos zampabollos nivel bageliano. Lo bueno de la pizza es que si la masa es buena y está bien hecha, le puedes meter encima lo que te dé la gana y no falla. Larga vida a la pizza.
 No hay foto de la Prosciutto, pero se la imaginan. Tomate, queso y jamón dulce del bueno en cantidades ingentes. Recomendada para no aventureros o niños en general.
De postre compartimos un Tiramisú que estaba al nivel de las pizzas. El más cremoso que encontré en mucho tiempo, otra maravilla del Napoli. Caro como todos los postres en esta ciudad, si se comparte es una opción difícil de batir. No se lo pierdan si son fans del postre en cuestión porque les gustará seguro.
Esta fue nuestra selección pero nos aseguran que en la carta se esconden maravillas a cascoporro como las focaccias o la salsa arrabiata. Creo que no tardaremos en ir a descubrir muchos de sus otros secretos. De hecho, lo aseguro.
Este es un local dedicado a todos aquellos que siguen pagando 20€ por pizzas medianas o grandes en cadenas de fast food que aseguran que su secreto está en la masa, por decir algo. A mi siempre me parece que cuando intentas reforzar algo es que careces de ello, como cuando la antigua RDA se llamaba a sí misma República DEMOCRÁTICA. 
Claro, como tu masa milagrosa, nos ha jodido. Paguen 10€ por una de estas maravillas y no hagan más el panoli financiando fast food de plástico. 
Háganse ese favor, que aquí también te las ponen para llevar a casa. 

Napoli eterna.

LA CERVESERIA CLANDESTINA. Por suerte ahora ya menos.

LA CERVESERIA CLANDESTINA, Còrsega 611, casi Av.Gaudí zona Sacred Family.
 Una entrada de especial significado hoy en el blog. Por diversas razones pero principalmente dos de mucho peso. Es un #burgerhunters de calidad y es un local dedicado a la buena cerveza, es decir a la artesanal como debe ser. Uno de esos templos paganos báquicos en los que disfrutar no sólo comiendo sino también bebiendo como toca. El fin de la tiranía de la cerveza industrial monosabor, monotemática, insulsa e insípida se acerca.
En la Clandestina van a disfrutar de una buena selección de botellas de diversas procedencias (debilidad por Brewdog y Brooklyn) y de 4 tiradores de pintazas. Porque si te vas a comer una hamburguesa de las buenas no hay que andarse con medias pintas. De los 4 tiradores creo que siempre hay dos fijos de Brewdog, y eso siempre es BIEN. En las últimas ocasiones que nos hemos pasado tenían disponible Mashtag y Jack Hammer, y les aconsejo que no se las pierdan. 

Pero lo que no deben perderse de verdad es la combinación de tan poderosa fuente de bebercio con la jamancia de alta calidad que nos ofrecen los amigos clandestinos. Conocíamos de las bondades de la experiencia por amigos de amigos, pero un día que nos pasamos a tomar una cerveza vimos la oferta in situ, e ipso facto se decidió que habría que volver a probar lo que nos pasaba por delante de las narices. Y se hizo.
En la Clandestina se comen principalmente hamburguesas, pero tienen un magnífico hot dog extra largo y unas cuantas tapas interesantes, aunque en esta visita no las probamos. Las hamburguesas vienen acompañados de unas funcionales patatas y no era plan de abusar. Aquí la lista de carnes. Destacar que los ingredientes que aquí ven vienen dentro de la hamburguesa, no como añadido externo. Un concepto tipo hamburguesa rellena. Bien aunque nos gusta verlos más.
El ligero frankfurt completo extra largo con cantidades ingentes de queso y bacon que se agenció el pequeño del grupo. Se agradece la alternativa a la hamburguesa, y más si tiene esta pinta y tamaño. Él no lo acompañó con cerveza.
 Para nuestras hamburguesas, diversificamos. Hay que tener en cuenta que son hamburguesas de ternera de unos 138 gramos diría a ojo. Contundentes. Y que el pan es magnífico, con lo que no se encontrarán con el problema de que se les rompa al empezar. Crujiente incluso firme, no estilo dulce o briox.
Yo elegí la de pesto gorgonzola y bien. Se echó en falta más poder quesero en el sabor, pero el conjunto resultó totalmente disfrutable. Se acompaña el bocata con algunos brotes verdes made in Montoro.
 La otra elección fue la de Cheddar y cebolla crujiente (que está demasiado de moda). Para mi gusto una mejor elección al notarse más el queso en el interior. De todos modos yo lo preferiría en un par de lonchas externas, no nos vamos a engañar. Si el cheddar es bueno, que se vea sin vergüenza, que además viste más en una buena hamburguesa y la foto queda más bonita amén que guarril. En este caso, rúcula como aporte de verdor.
 Recapitulando, unas estimables hamburguesas, al punto y muy sabrosas. Pan adecuado. Patatas mejorables pero que cumplen sin sonrojar como pasa en otros locales. Se puede comer por poco más de 10€.
No estamos en Bardeni pero esto es una cervecería de artesanas y se come MUY bien. La experiencia global vale mucho la pena y el trato, amigos, es exquisito. Quiero agradecer desde aquí al encargado de dar la cara en la barra que sea tan atento y simpático. Qué carajo, se agradece en tiempos de frialdad extrema en demasiados locales demasiado prefabricados. 
Esto es un puto bar de los de siempre y se viene a compartir experiencias con los amigos. Y aquí lo son. Si quieres ver el fútbol, tienen pantalla gigante. 
Fútbol, cervezas artesanas, hamburguesas. What else? (y a 20 metros de El Señorío!!)

Viva lo clandestino!!

7.1.14

CEVICHE 103. Por las veces que irías a por su menú.

CEVICHE 103, C/Londres 103, esquina Muntaner. Seguimos en Barcelona y no en Lima.
Volvemos al Perú con la segunda entrega temática del año. Tras el triunfo imperial en El Señorío, tocaba repetir experiencia cevichera lo antes posible, con lo que escaneamos las diversas opciones disponibles y nos decidimos por una a la que su fama precedía.
Ceviche 103 es un local conocido y respetado en el mundillo, principalmente por ofrecer un menú completísimo a 14'90€ los mediodías. De los mejores del barrio sin dudarlo. Por calidad, cantidad y talento. Estamos rozando el upper y poder encontrar este menú no deja de ser una victoria aplastante a nuestro favor.


Sobre cocina peruana ya hablamos un poco el otro día (o no) y no nos repetiremos, pero si algo característico hay en ella es el ceviche y aquí lo bordan, como casi todo.
En Ceviche 103 fuimos a menú, que siempre suele limitar, y sin duda la carta es otra apuesta segura. Me lo aseguran mis informadores peruanos, que no se cortaron en asegurar que Ceviche 103 le da unas pocas vueltas al tan famoso Tanta (que tiene detrás al Chef peruano y latinoamericano del momento, Gastón Acurio). Yo no puedo comparar pero si ellos lo aseguran que conocen bien los dos locales y saben de comer, me lo creo sin dudarlo.
Digo que el menú limita porque siempre tiende a ofrecer algún producto que no pinta mucho para poder hacerlo rentable u ofrecer algo que todo el mundo conozca, como en este caso el salmón que podrías encontrar en el restaurante de al lado. Por suerte, una maravilla.

Vayamos a la crónica dels Feyts. Éramos 3, escogimos 3 menús con propuestas diferentes excepto en el postre y disfrutamos todos una barbarité.

Por orden, los primeros platos: Ceviche, Tiradito y Croquetas de yuca. Maravillosos los tres. La acidez del ceviche, la melosidad de la salsa del tiradito, la cancha y el choclo, y unas croquetas más que estimables que incluso gustaron a una no-croquetera convencida. El invento del pescado y el limón no tiene precio. No tarden en probarlo si son ustedes valientes, de verdad.




Personalmente me quedo con ese ceviche y su leche atigrada, qué quieren que les diga. Perfección.
En los segundos platos, una opción comodín como el salmón, en su punto, jugoso, magnífico y acompañado de unas patatas muy dignas.
El chicharrón de pollo, que nos vuelve a confirmar que el puto Coronel Sanders se debería haber dedicado a otra cosa y no a maltratar aves de corral y a desprestigiar el producto. Ese rebozado no aceitoso, no excesivo, casi crocante y que maravilla por su textura. Gran ejecución para un gran plato.
Yo por mi parte escogí un plato que intuí típico del Perú, como fue el Seco de cordero. Luego he ido leyendo que es un plato típico del norte y que sus raices llegan a la cocina árabe llevada a América a través de la colonización hispana. Curioso. En todo caso un guiso con mucha personalidad, un par de filetes de cordero y frejoles. Un plato muy sabroso y de los que demandan pan (que no hay) para rematar la faena. Una textura curiosa del cordero, fuerte sin ser correoso en absoluto. Muy bien.
Como final sorprendete, o bombazo de última hora, el maravilloso pie (pye?) de limón o Lemon Pie típico del Perú. Un pastel de limón con algo de masa, bastante limón y unos kilos de merengue. Como entenderán para un goloso de raza como yo, el Paraíso en los Andes. Y una foto que ha creado una cierta conmoción en Instagram.
No creo que se extrañen si comento que Ceviche 103 es una maravilla.
Un maravilloso menú mediodía entre gente que te trata muy bien en un local bonito, amplio, moderno. Se puede pedir poco más.
Seguimos buscando buenos menús peruanos por la ciudad. Larga vida.

3.1.14

EL SEÑORÍO. Y la grandeza del Perú gastronómico en Barcelona.

EL SEÑORÍO, Còrsega 607, junto Avenida Gaudí, Barcelona y no Lima.
 Mi relación con la cocina peruana ha tenido diversas fases, pero se pueden concretar en dos: en la primera, apatía tras ponerse de moda como suelen ponerse de moda las cosas. Con avasallamiento de noticias, tendencias y demás memeces. Pasando hasta que bajara el soufflé. Y lo hizo, porque al parecer lo que va a molar este año es la comida mexicana. Así, en la siguiente fase de la relación y tras la apatía inicial, me lancé a descubrir de verdad la esencia de esa cocina andina famosa en el mundo entero.

Tras este tiempo de reflexión peruana sólo puedo certificar una cosa, y es que la espera valió mucho, muchísimo la espera. La cocina peruana de El Señorío y del próximo local que publicaré que también será peruano (formando una dupla demoledora), me entusiasmó. Una cocina interesante, llena de sabores, texturas y matices. Variada en productos y técnicas. Y sanísima, que diría mi madre (si exceptuamos un poco la soberbia dulzor de los postres).

El Señorío es un local que ya conocen de otros blogs de éxito y que no les voy a descubrir del todo. Pero nosotros tuvimos la suerte de ir a comer con una amiga peruana que nos convirtió al peruanismo ipso facto. Agradecido por abrirnos los ojos y guiarnos por este tour de plaisir absoluto. Avisar que no es un restaurante barato si vas fuera de menú y a la carta. No porque sea caro per se (platos sobre los 10-15€), pero es que todo es tan espectacular que pides un poco de todo y al final se te va a 35€ all included tras mucha emoción. Existe menú entre semana, creo, así que puede ser un buen contacto inicial.

Nuestro selección fue un poco de todo y un mucho de lo demás. Vaya que nos pusimos las botas y salimos cantando del local (podría haber sido así realmente).
Empecemos el carrusel. 
Antes de nada, cancha, o maíz frito ligeramente salado. De eso que se suele llamar un vicio. Aconsejamos dejen un poco para echar al final del plato cuando quede alguna salsa. Se puede acompañar de una salsa picante a base de rocoto, pimiento rojo picante, pero vigilen...
 Luego empezamos a pedir unos pocos platos para ir compartiendo entre todos. No están todos los que fueron pero sí una representación de los que estuvieron. 
El tiradito, pescado cortado a láminas como en un sashimi, bajo una capa de salsa algo excesiva pero espectacular, amarilla por el ají y roja por el rocoto. Acompañamiento de cancha, choclo (maíz hinchado no frito) y camote (parecido al boniato). Muy bien.
 El ceviche, plato estrella de la cocina peruana ya universal y que consta principalmente de tres ingredientes: cebolla, pescado cortado a dados y ante todo, Leche de Tigre. Suena raro, sí, pero eso que llaman leche de tigre es la salsa que acompaña al plato y que se compone principalmente de jugo de limón. Lo que vendría siendo una puta pasada resucitamuertos.
 Causa limeña. Un plato muy completo que combina un puré de patata con ají amarillo y pollo en el interior. Igual es una herejía pero podría compararse a una ensaladilla rusa deconstruída. Muy bien. (Existe una disputa entre Perú y Chile por saber dónde está el origen del plato...pero me parece que se disputan más cosas además de estas minucias gastronómicas)
 Rocoto relleno de carne. Muy espectacular si son fans de los platos estilo lasaña, con mucha salsa, carne y queso gratinado. Yo lo soy, así que muy bien. No picaba en exceso y se degustaba con deleite. 
 El lomo saltado de ternera, en salsa y con su arroz y su cebolla, estaba en su punto de ternura y meloso como debieran estar siempre las carnes. Un plato para disfrute del buen carnívoro. Una lástima que no se estile mucho el pan por esos lares y no pasáramos un buen rato mojando esa maravillosa salsa.
 Chicharrón de pescado, de lo mejor de la tarde que es mucho decir. Tras el ceviche lo que más me gustó. Es pescado rebozado pero de una forma diferente, sin ser ni un rebozado aceitoso ni una tempura. Es un rebozado ligero pero crocante, en su punto. Una cantidad generosa y un plato obligatorio desde ya. Sanísimo, como les decía antes. Pónganme 3 kilos.
 Para finalizar el tremendo ágape, los postres. Compartimos un par y rematamos con el digestivo. Dos opciones totalmente ganadoras: tarta tres leches y Pie de Limón (lemon pie para los modernillos de por aquí). No se puede decir otra cosa que maravillosos si les gusta el dulce. El bizcocho con nata más contundente, el pie de limón más etéreo por el merengue. Si ponen un establecimiento de postres, lo rompen también.

 El colofón, el broche final, el Pisco Sour. Un digestivo que podríamos decir. O no. En todo caso una maravilla desde los Andes. Se compone de pisco (licor a base de uvas), jugo de limón, clara de huevo y alguna gota de Angostura. Si no se creen que es maravilloso pruébenlo. Pero háganlo de verdad!! (Por cierto, otra causa más de disputa peruano-chilena)
Resumiendo la experiencia: ÉXITO total. Experiencia total. 
Agradecimiento a los amigos que nos llevaron de la mano hasta este espacio del Perú en nuestra ciudad. Volveremos porque vale la pena y porque son simpáticos y porque te tratan de maravilla. Y eso se agradece y hay que decirlo. 
Hasta pronto Perú.