23.2.14

RÍO AZUL. ¿Vale como auténtico?

RÍO AZUL, Balmes tras pasar Mallorca, Barcelona.

Existe últimamente una gran preocupación por los restaurantes chinos. Aquí mismo les hemos hablado en los últimos tiempos de algún que otro restaurante de moda en el mundillo sinohipster. Esta tendencia del preocuparnos por comer en restaurantes "verdaderos" ha ido aparcando en los confines de nuestra memoria los míticos restaurantes chinos de antaño. Viejunos, "tronats", de cartón-piedra y con nombres como Gran Muralla, Chino Feliz o El Panda que ríe mientras comes. Se pierde la juventud de las primeras salidas y todos queríamos acabar comiendo en uno de esos locales homenaje a las series B o Z hollywoodienses. No por admiración cultural, básicamente porque eran baratos y se comía un montón. Ahora ya no somos así. Ahora hemos perfeccionado tanto la técnica que podemos seguir comiendo un montón e incluso más barato. Amigos de la China continental, el capitalismo era esto.

A todo esto, presentamos el restaurante de hoy. Es un local al que de forma recurrente vamos yendo y no sé muy bien cuál es la razón. Tal vez sea su voluntarioso encargado, o tal vez sea por los pósters añejos que tienen en los que sale el encargado de entonces y PEDRO REYES o Jaimito Borromeo en sus supuestos momentos de esplendor (anteriormente tenían alguno con la X de Cruz y Raya). En todo caso y como se suele decir en estos casos para vender autenticidad, en el Rio Azul siempre encuentras chinos comiendo. A veces incluso hordas de ellos que bajan y suben en autocares que les llevan a otras atracciones turísticas de la city. Ante este argumento del "comen chinos en ese chino ergo es auténtico" siempre me asalta la duda de si todos los chinos aprecian la buena y auténtica cocina china o simplemente son unos mandaos sin gusto alguno. En este país tenemos gente con un gusto horrible. Si los viésemos comer en un restaurante catalán en Inglaterra, ¿deberíamos fiarnos de ellos? Es un debate.
Pero siempre da ese plus de autenticidad y no nos quejaremos del todo.

Seguramente el Rio Azul vivió sus mejores años en la época pre y post Olimpiadas. Me consta que intelectuales de talla lo tuvieron en su momento entre sus preferencias y seguramente aún debe quedar algo de ello puesto que aunque en un ambiente ya decadente, algunos días puedes encontrar conversaciones más que interesantes en sus mesas. No es que me ponga a escucharlas, pero vaya, ya me entienden. No se llena de guiris y sí de conciudadanos chinos además de trabajadores de la zona y fauna semiintelectualoide. Pas mal.

Normalmente cuando me acerco al menú de 8'90€ tengo dos opciones fijas. El postre del menú en los chinos cutrelux suele ser un horror desde que abandonaran aquella magnífica costumbre del helado frito que luego copiaría algún Roca para hacerse famoso. Bah.

Normalmente empiezo con unos Fideos estilo Cantón que me parecen bastante espectaculares porque no son el típico fideo de arroz o el spaghetti oriental que muchas veces encuentras. Son firmes, al dente y por eso me gustan. Consistentes, duros y ración generosa como mandan los cánones cantoneses. Todo aderezado con verduras. Sanísimo. (Y algún trozo de jamón o lo que sea, pero no lo tengo muy en cuenta)


De segundo me gusta mucho su lomo asado estilo Hong Kong (o algo así, no recuerdo el nombre del todo). Es lomo, asado y lo acompañan con un jugo a la teriyaki que combina perfectamente. La carne es tierna, jugosa y se disfruta. En un bocadillo lo rompería del todo. Con esa costumbre a copiar, acompañan el plato con una "escasa" ración de arroz tres delicias. Por si te quedas con hambre. Sobre las delicias del nombre ya hablamos otro día. Una carne magra que vale la visita bageliana.
Para volverse locos del todo se pueden deleitar con el pepino decorado y esculpido en el mismo plato.
Ya les decía antes que el postre no está al supuesto nivel del resto. Así que no hay foto.
 Pero sí la hay de esta reseña de cuando el restaurante era lo más. Intuyo por el mismo que el Rio Azul debe tener como 40 años, ya que tenía 30 cuando aún se pagaba en pesetas!!
Un clásico del Eixample que no vive su mejor momento pero en el que se puede comer sin tener que esperar a que Chicote ponga el grito en el cielo. Espero.


16.2.14

Miscelánea gastronómica recomendada.

Hoy les traigo un post comodín y comodón. Comodín porque puede salir cualquier día y comodón porque no tenía nada más a mano. De hecho no hay material suficiente para post así que se recurre a la base de datos y se tira de reconstrucción frankenstiniana. Es algo que ya he hecho antes y lo saben. La cosa está muy mala y también lo saben. 
Así he recogido en este post algunos platos sueltos que he ido degustando las últimas semanas y que me sorprendieron o maravillaron a partes iguales. Alguna foto de algún local del que ya se ha hablado aquí y que si no conocen es vergogna. Repasemos.

  • CA LA PAQUI, compitiendo hoy con Mollete de pringá.

 Como otras muchas veces, agradecer al más grande sabio bodeguero de la ciudad su ayuda y generosidad al descubrirnos esta pequeña bodega en los márgenes Clotiles de la ciudad. Lejos de todo y cercano al éxtasis con este bocado típico de Sevilla que bordan con maestría absoluta. Merece un viaje hasta la zona Gan Via/Bilbao sin dudar un segundo. No siempre tienen, al parecer, pero si ese día no están de suerte se pueden deleitar con otras maravillas del local, como las fotos de Montilla cuando era Presi.
(Nota: la Pringá es la carne que se le podría meter a un cocido pero desmenuzada y untada. Algo así. Mucho mejor comerla que explicarla)



  • CAL PAPI, nos trae su Ropa Vieja.

 De Cal Papi son famosos sus no-Buñuelos de bacalao porque son la repera, pero la última vez que estuvimos nos pusieron esta maravilla. Carne de ternera guisada y maravillosa. No se la pierdan si se pasan por ese barrio Patrimonio de la Humanidad que es la Barceloneta. A 100 metros pueden rematar la tarde con un gintonic en vaso de plástico como unos Reyes.


  • WOW! se presenta con Club Sandwich.

 Amantes de los bocatas somos y así moriremos. Tal vez de forma literal. Wow! es un local para todo. Desayunos en los que puede hacer de plató para entrevista jotdowneras, menús mediodía más obviables que un mítin de Rajoy y sobre todo son bocatas que te mueres de buenos. Ya conocíamos sus hamburguesas y un día decidí pasar a probar un Club Sandwich por curiosidad. Esperando una especie de bikini sin más me encontré ante este monstruo del abismo que me costó acabar. El Club es una especie de sandwich vegetal al que se le añade pollo o pavo mejor, empanado o rebozado y cortado en cuatro partes. Son 8€ sí, y las patatas son congeladas pero volvería sí o sí a por él. Porque nos encantan las guarradas. Mucho.


  • PAPRIKA GOURMET, nos ofrece su Bagel con Pastrami.

 De Paprika ya sabemos que es una Delicatessen espectacular y que hacen algunos de los mejores bocatas de la ciudad en RCP. Siempre con el pastrami por bandera y en diversas combinaciones, recomendándoles en mi humilde opinión el New Orleans. Últimamente, estan haciendo negocios conjuntos con una gente a la que también hemos descubierto recientemente, Yes We Bagel que son unos chic@s que te traen los bagels a casa una vez pedidos por teléfono o en la web (el panecillo, no los bocatas hechos). Así, de tanto en tanto en Paprika tienen bagels o los de YWB tienen pastrami, y dándose el caso en que un sábado por la mañana en Paprika tenían bagels en lugar del pan de siempre para los bocatas, me fui a desayunar contundente. Aquí el resultado. Paseo hasta Sagrada Familia y desayuno brunchiniano de qualitat. No se los pierdan, de verdad.


  • PASTICCERIA ALBA y su cannolo artesano.

Misma zona que el anterior, mirando cara a cara a la eterna Sagrada Familia, la Pasticceria Alba se distingue del resto de competencia cannoliera en que ellos hacen su producto. En general el mercado del cannolo lo lleva un mismo distribuidor que vende cannoli congelado a todos o casi todos los locales que conozco que los venden. La diferencia básica entre ellos es el precio; 2'85-2'90-2'95-3€. Misma forma y sabor. Todo muy bien. Pero en Alba nos encontramos con otra cosa. Un cannolo más pequeño de lo normal pero mucho más crujiente al evitar el proceso de congelado y descongelado. 2'50€ y un sabor inmejorable. Un dulce acojonante, que si no conocen ya van tarde.
En serio, el cannolo es la vida.

2.2.14

FUTAMI. Menú con clase nipona.

FUTAMI, Enric Granados lado mar tocando Letamendi, espacio del antiguo Routa y a 30 metros de La Pastisseria.

Cómo nos gustan los buenos japoneses. Cómo nos gustan los menús económicos que sirven calidad. Cómo nos gustó Futami.
Les traigo hoy una opción japonesa (que ya han podido ver en blogs más preparados e interesantes que éste) alejada de aquella desterrada idea del "japonés caro" que muchos aún siguen como dogma de Fe. Sinceramente creo que los que siguen pensando eso normalmente intentan autoconvencerse para no tener que descubrir cosas que sus abuelos no entenderían. Aún vivimos rodeados de Indiana Jones de pacotilla que creen que comer en un Foster's es una pedazo de aventura. Pues no amigos, son ustedes unos antiguos. De hecho comer en un japonés ya es algo casi decimonónico. De verdad, aún hay gente que no ha pisado un restaurante japonés.

Futami es un bonito local decorado con pasión minimalista y alejado de bulliciosos locales de sopas o izakayas donde pocos callan. Mucha madera, una barra con vistas (no como las del Martinez) y unas mesas en el interior. Se necesita poco más para que la experiencia sea satisfactoria. Básicamente que la comida sea buena y te vayas con la sensación de que todo ha estado muy bien, como fue el caso.  

Nos gusta que cada vez sea más corriente ver cómo trabajan los expertos sushistas. Da confianza y si lo hacen bien pues es un pequeño y humilde espectáculo. Pidan localidades de tribuna pero no sean tribuneros.
Nos gusta también que nos traten tan bien como en Futami aunque vayas a hacer un menú de 14€. Hay mucho servicio a la vista, pero cada uno tiene su función y si les va bien y pueden mantener ese número de personas trabajando, lo celebramos. En el staff japoneses, y entre la clientela también. Amabilísimos y atentos a todos los detalles.


El menú de Futami como han visto en la foto de inicio se compone por unos fijos y unas variables. Siempre hay ensalada, sopa de Miso (bendita), y postre y bebida. El segundo plato se escoge y de ahí depende el precio final. De todo lo que probamos lo más obviable fue la ensalada, con poco espíritu japonés pero sanísima. El resto muy bien todo, para repetir.
La Sopa de Miso es uno de los descubrimientos del último lustro. Un caldo potente capaz de resucitar el espíritu revolucionario de un pueblo y que se disfruta siempre que se encuentra en algún local. Y que se pide si no está en la lista del menú del día. Apto para todos los públicos y necesario para los amantes de Nippon.
Como platos principales jugamos a la combinación de dos opciones diferentes. Habíamos ido a comer nigiri y maki y no nos íbamos a ir de vacío. Así, un plato de cada y a repartirse el botín. Lo más estimable de Futami es que salen del sobado maki o nigiri de atún o salmón para dar paso a creaciones originales coloristas que se agradecen. Incluso California rolls verdosos de toque genial.
El nigiri mucho más sorprendente. Ese salmón braseado in situ con llama de fuego y toques de hueva o de lima confitada (o análogo) resultaron exquisitos y demandan más oportunidades. Para ser un menú, calidad y cantidad más que respetables. Por eso nos encantó.


En los postres, otro toque de genialidad. Nos transportó a nuestra niñez y a nuestros paseos desde la escuela de primaria hasta casa en el barrio de Koenji junto a nuestros amigos Toru o Tamaru. Todo gracias a ese Dorayaki doraimonero, pasta dulce de los dioses que nos ofrecen en Futami como postre. No es como el del Maestro Ochiai ni en tamaño ni relleno pero siempre es un placer encontrarse con uno. Ligero y pequeño bocado que no se deben perder.
El otro postre, un yogur con fresas (si no recuerdo mal), correcto como colofón a un ágape más que recomendable.
Al final, ni trampa ni cartón y una muy grata experiencia:
Futami es un menú de calidad. Futami es un restaurante de calidad, de los buenos, que tiene menú. Se percibe fácilmente. Su carta debe ser explosiva y cuando haya una ocasión propicia lo comprobaremos. Por si acaso aquí tienen la crónica de un compañero al que admiro.
No esperen a que caigan arenques del cielo para dejarse. No se lo pierdan y disfruten del espectáculo.